Quizás desde pequeño has deseado con entusiasmo la llegada de los Reyes Magos, pero… ¿conoces porque existe esta tradición?
En realidad, el 6 de enero es una celebración acogida por varios países del mundo. Esta antigua celebración igual que Santa Claus, han tenido disímiles transformaciones con el paso del tiempo. En la actualidad niños y mayores conservan la tradición de regalar el Día de Reyes y preparan la llegaba de estos con renovada ilusión año tras año y de generación en generación.
En el Evangelio se explica que llegaron unos magos desde diferentes zonas del mundo para rendirle homenaje al recién nacido, Jesús de Nazaret, y entregarle regalos. En ninguna parte de las escrituras se precisa que fueran reyes, no se conoce sus nombres y mucho menos su condición de que hayan sido reyes, aunque de pequeños conocemos que el Niño Jesús recibió tres regalos: oro, incienso y mirra.
En la antigüedad, el término “mago” no estaba relacionado con la hechicería o la magia. Sino que hacía referencia a los “sabios”. Cuenta la historia que estos hombres llenos de sabiduría vinieron “del Oriente” y se postraron ante el recién nacido, quién dormía en un pesebre.
En el Evangelio de Mateo se cuenta que “Nacido Jesús en Belén de Judea, en tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en Jerusalén, diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle”.
Los expertos afirman que el hecho de que los guiara una estrella, sugiere que estaban instruidos en astrología o en la ciencia de la navegación y en el cálculo del tiempo mediante las configuraciones estelares.
Los magos aparecen, en su primera época, como una casta sacerdotal de Media y Persia. Además, se dedicaban al estudio de la sabiduría.
Los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar, se los da, en el siglo IX, el historiador Agnello, en su obra “Pontificalis Ecclesiae Ravennatis”. Cada uno de los Reyes Magos tiene características particulares.
Melchor suele representarse como un anciano blanco con barba por las personas provenientes de la zona europea y ofrece a Jesús el oro por la realeza de Cristo.
Gaspar representa a la zona asiática y porta el incienso por la divinidad del Mesías.
Baltazar es de piel morena en representación de África y regala al Salvador la mirra, sustancia que se utilizaba para embalsamar cadáveres y símbolo de la humanidad del Señor.
Cuenta la tradición que, el día 5 los infantes escribían una carta a los Reyes solicitando los juguetes que preferían y la guardaban debajo de la almohada. Y así llegando la mañana del 6, debajo de la cama o en el arbolito de navidad aparecían los regalos que los Reyes habían dejado para los pequeños. Tradición milenaria que aún cobra vida cada 6 de enero en pleno siglo XXI.